miércoles, 2 de marzo de 2011

EL SEXO Y LA AMBICION

Desde hace 2 años, había un joven que recorría las calles de la ciudad sin un rumbo fijo, pero con una meta clara y era siempre encontrar un hombre o una mujer para satisfacer sus fantasías sexuales y en cualquier descuido obtener lo que a primera vista le interesara.

Jacobo Franco no era el típico joven que vivía bajo la responsabilidad de sus padres o algún adulto. Toda su vida fue muy independiente, no le falto nunca nada y sin embargo siempre quería más.

Cuando cumplió 18 años; el internet, las películas para adultos y su obsesión por siempre verse bien, fueron los motivos que lo impulsaron a despertar fantasías, por experimentar todo lo que a diario descubría del sexo.

Visitaba casas de citas, clubes nocturnos; iba a gimnasios, centros comerciales y eventos de mucho prestigio. Solo para observas cuales eran los hombres mejor posicionados económicamente y las mujeres solteras con mejor porte.

Poco a poco, comenzó a hacerse notar por las personas que le interesaban. Ya entablaba conversaciones, invitaba a salir y tomaba la iniciativa para ir directo a todo lo que él quería.

Ganándose la confianza de varios hombres y mujeres, ya sentía que a su meta le faltaba poco para lograrse. Empezó a salir con cada persona que conocía en los lugares que frecuentaba y proponiendo una noche de mucho placer, recordaba todo lo que vio y aprendió en las películas y en páginas de internet.

Nunca llevo a alguien a su apartamento, pero sin embargo le gustaba conocer las casas de sus nuevas amistades, para liberar ahí toda esa energía sexual que día a día fluía por su cuerpo. Las hacía sentir cosas inigualables, cosas que solo él podía hacer sentir, para luego quedar profundos en un sueño ininterrumpido.

Después con mucha confianza y muy cauteloso, se levantaba a conocer más íntimamente el lugar en el que se encontraba y buscaba por todo el lugar los objetos con más valor y más llamativos para llevárselos sin que aquella persona con la cual había desahogado toda su fantasía sexual se diera cuenta.

Siguió así 2 años, hasta que todas las fantasías que tenia, habían acabado. Mientras tanto, buscaba otras fantasías para comenzar de nuevo y tener más cosas que solo él pudiera tener. Nunca dejo que lo descubrieran y con su elegante apariencia física, sigue por las calles de la ciudad sin un rumbo fijo, buscando a donde llegar.

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